Un proceso de búsqueda de empleo, es un trabajo en sí, que inicia con un ejercicio de autococimiento y sobretodo seguridad en lo que podemos ofrecer como candidato. Antes de postularte a cualquier oferta de empleo, te invito a hacer este pequeño ejercicio:
Pongámonos en la posición de un reclutador o empleador; siendo el reclutador, tengo que escoger a una persona entre múltiples candidatos y nos empezamos a cuestionar:
¿Estoy seguro de que soy el mejor para esta oferta de trabajo?
¿Me contrataría a mí mismo?
¿Soy el candidato ideal?
Es importante comparar y analizar lo que están haciendo otros profesionales para saber si realmente te contratarías a ti mismo, ejemplo: Cómo se están formando, qué idiomas tienen o cuáles son las novedades de nuestro sector para saber si estamos participando en igualdad o tenemos obstáculos en nuestro camino. Una vez sepamos las circunstancias que se dan en cada caso, sabremos contestar a las preguntas anteriores.
Terminados los cuestionamientos anteriores, debes contestar tres preguntas básicas, que te ayudarán a descubrir si eres la persona ideal para el puesto de trabajo de tu interés:
¿Es el trabajo que realmente te apasiona?
¿Eres capaz de hacer lo que te piden?
¿Estás siendo realmente sincero/a contigo?
Recuerda: No se trata sólo de ser bueno en lo nuestro, sino de ser el mejor de todos los que se presentan.